Sindicalista y político español (Madrid, 1870 - Carmona,
Sevilla, 1940). Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en las
universidades de Madrid, París, Múnich, Berlín y Leipzig. A su regreso ganó por
oposición la cátedra de Lógica de la Universidad de Madrid.
La influencia del marxismo alemán le hizo abandonar su
anterior militancia republicana para afiliarse al Partido Socialista Obrero
Español y al sindicato Unión General de Trabajadores en 1912; su fundador,
Pablo Iglesias, acogió bien la llegada de este intelectual, apoyando su
ascensión en las dos organizaciones. Desde 1913 fue concejal en el Ayuntamiento
de Madrid. En 1917 formó parte del Comité de Huelga y fue a la cárcel por ello,
de donde salió amnistiado en 1918. En aquel mismo año fue elegido diputado. Y
en 1922 se convirtió al mismo tiempo en vicepresidente del PSOE y de la UGT.
La Revolución rusa de 1917 abrió un debate entre los
socialistas españoles, como en el resto del mundo; aunque Besteiro acogió
favorablemente el estallido revolucionario, su posición se fue endureciendo a
medida que se conoció el proceder político de los bolcheviques. En
consecuencia, defendió la permanencia del PSOE en la Segunda Internacional
frente a los «terceristas» que, fieles a Moscú, proponían la adhesión a la
Tercera Internacional y acabarían nutriendo la escisión comunista (1921).
Ante el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923) adoptó una
actitud pasiva, marchando a Inglaterra al año siguiente con una beca de la
Junta de Ampliación de Estudios. De regreso a España, fue elegido presidente
del PSOE y la UGT (1928), en sustitución del recién fallecido Pablo Iglesias.
Pero su influencia en el socialismo español declinaba frente
a la de Largo Caballero: ya en 1927 había quedado en minoría al defender la participación
socialista en la Asamblea Nacional de la dictadura; y fue derrotado de nuevo al
oponerse a que los socialistas participaran con los republicanos en el gobierno
provisional de la República en 1931. En consecuencia, dimitió de las dos
organizaciones, aunque el PSOE le promovió a la presidencia de las Cortes
constituyentes (1931) y la UGT le reeligió presidente en 1932. Ante la
progresiva radicalización del sindicato dimitió definitivamente dos años más
tarde.
Fue elegido diputado del Frente Popular por Madrid en 1936,
pero ya estaba completamente aislado dentro del partido. Desde que estalló la
Guerra Civil se esforzó por buscar una solución negociada a través de
Inglaterra, postura que le hizo participar en el Consejo de Defensa del general
Casado (1939); la intolerancia de Franco hizo fracasar aquel intento y
Besteiro, que se había negado durante toda la guerra a abandonar Madrid, fue
apresado por los vencedores, juzgado y condenado a la cárcel, donde murió.
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