
(José Sanjurjo y Sacanell; Pamplona, 1872 - Estoril,
Portugal, 1936) Militar español. Huérfano de un coronel carlista, siguió la
carrera militar y recibió destinos en Cuba (1894-98) y Marruecos (1898-1921).
Ascendió por méritos de guerra hasta el generalato en 1921, año en que fue
nombrado gobernador militar de Zaragoza.
Desde allí secundó el golpe de Estado de Miguel Primo de
Rivera (1923), con cuya dictadura colaboró estrechamente. Como comandante
general de Melilla preparó el desembarco de Alhucemas (1925), que acabó con la
insurrección de Abd-el-Krim, consolidó el protectorado español en Marruecos y
proporcionó a la dictadura uno de sus mayores éxitos. Su labor al frente del
ejército de Marruecos le proporcionó ascensos, condecoraciones, un título
nobiliario (marqués del Rif, en 1927) y un prestigio incontestado entre los jóvenes
oficiales africanistas.
Al proclamarse la Segunda República (1931), aceptó el cargo
de director de la Guardia Civil, del que fue destituido por sus excesos en la
represión contra movimientos obreros como el de Arnedo (Logroño) en 1932. Pasó
entonces a dirigir el Cuerpo de Carabineros; pero la derecha instrumentalizó
este cambio presentándolo como una discriminación sectaria del gobierno de
Manuel Azaña.
Desde luego, Sanjurjo no simpatizaba ni con la orientación
izquierdista del gobierno ni con el carácter democrático del régimen republicano,
como demostró encabezando un intento de golpe de Estado en Sevilla, que fracasó
(1932); aquella intentona reafirmó la voluntad reformista de las autoridades
republicanas, decidiéndolas a aprobar poco después la Ley de Reforma Agraria y
el Estatuto de autonomía de Cataluña.
En cuanto a Sanjurjo, la pena de muerte le fue conmutada por
la de cadena perpetua; pero apenas había empezado a cumplirla cuando fue
excarcelado por el gobierno de derechas que salió de las elecciones de 1933.
Partió al destierro en Portugal (1934), donde pudo conspirar contra la
República con total libertad.
Convertido en un símbolo para los militares reaccionarios
descontentos con el triunfo electoral de la izquierda en 1936, fue reconocido
como jefe por Emilio Mola, Francisco Franco y los demás conspiradores que
prepararon el alzamiento del mes de julio. Murió en un accidente de aviación
cuando se disponía a viajar a Burgos para asumir la jefatura del Estado que le
ofrecían los sublevados.
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