martes, 29 de abril de 2014

File:Portada de la Constitución de 1931, Congreso de los Diputados.png

GENERAL SANJURJO


(José Sanjurjo y Sacanell; Pamplona, 1872 - Estoril, Portugal, 1936) Militar español. Huérfano de un coronel carlista, siguió la carrera militar y recibió destinos en Cuba (1894-98) y Marruecos (1898-1921). Ascendió por méritos de guerra hasta el generalato en 1921, año en que fue nombrado gobernador militar de Zaragoza.

Desde allí secundó el golpe de Estado de Miguel Primo de Rivera (1923), con cuya dictadura colaboró estrechamente. Como comandante general de Melilla preparó el desembarco de Alhucemas (1925), que acabó con la insurrección de Abd-el-Krim, consolidó el protectorado español en Marruecos y proporcionó a la dictadura uno de sus mayores éxitos. Su labor al frente del ejército de Marruecos le proporcionó ascensos, condecoraciones, un título nobiliario (marqués del Rif, en 1927) y un prestigio incontestado entre los jóvenes oficiales africanistas.

Al proclamarse la Segunda República (1931), aceptó el cargo de director de la Guardia Civil, del que fue destituido por sus excesos en la represión contra movimientos obreros como el de Arnedo (Logroño) en 1932. Pasó entonces a dirigir el Cuerpo de Carabineros; pero la derecha instrumentalizó este cambio presentándolo como una discriminación sectaria del gobierno de Manuel Azaña.

Desde luego, Sanjurjo no simpatizaba ni con la orientación izquierdista del gobierno ni con el carácter democrático del régimen republicano, como demostró encabezando un intento de golpe de Estado en Sevilla, que fracasó (1932); aquella intentona reafirmó la voluntad reformista de las autoridades republicanas, decidiéndolas a aprobar poco después la Ley de Reforma Agraria y el Estatuto de autonomía de Cataluña.

En cuanto a Sanjurjo, la pena de muerte le fue conmutada por la de cadena perpetua; pero apenas había empezado a cumplirla cuando fue excarcelado por el gobierno de derechas que salió de las elecciones de 1933. Partió al destierro en Portugal (1934), donde pudo conspirar contra la República con total libertad.

Convertido en un símbolo para los militares reaccionarios descontentos con el triunfo electoral de la izquierda en 1936, fue reconocido como jefe por Emilio Mola, Francisco Franco y los demás conspiradores que prepararon el alzamiento del mes de julio. Murió en un accidente de aviación cuando se disponía a viajar a Burgos para asumir la jefatura del Estado que le ofrecían los sublevados.

JULIAN BESTEIRO

File:Julian Besteiro2.JPG

Sindicalista y político español (Madrid, 1870 - Carmona, Sevilla, 1940). Se formó en la Institución Libre de Enseñanza y en las universidades de Madrid, París, Múnich, Berlín y Leipzig. A su regreso ganó por oposición la cátedra de Lógica de la Universidad de Madrid.

La influencia del marxismo alemán le hizo abandonar su anterior militancia republicana para afiliarse al Partido Socialista Obrero Español y al sindicato Unión General de Trabajadores en 1912; su fundador, Pablo Iglesias, acogió bien la llegada de este intelectual, apoyando su ascensión en las dos organizaciones. Desde 1913 fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid. En 1917 formó parte del Comité de Huelga y fue a la cárcel por ello, de donde salió amnistiado en 1918. En aquel mismo año fue elegido diputado. Y en 1922 se convirtió al mismo tiempo en vicepresidente del PSOE y de la UGT.

La Revolución rusa de 1917 abrió un debate entre los socialistas españoles, como en el resto del mundo; aunque Besteiro acogió favorablemente el estallido revolucionario, su posición se fue endureciendo a medida que se conoció el proceder político de los bolcheviques. En consecuencia, defendió la permanencia del PSOE en la Segunda Internacional frente a los «terceristas» que, fieles a Moscú, proponían la adhesión a la Tercera Internacional y acabarían nutriendo la escisión comunista (1921).

Ante el golpe de Estado de Primo de Rivera (1923) adoptó una actitud pasiva, marchando a Inglaterra al año siguiente con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios. De regreso a España, fue elegido presidente del PSOE y la UGT (1928), en sustitución del recién fallecido Pablo Iglesias.

Pero su influencia en el socialismo español declinaba frente a la de Largo Caballero: ya en 1927 había quedado en minoría al defender la participación socialista en la Asamblea Nacional de la dictadura; y fue derrotado de nuevo al oponerse a que los socialistas participaran con los republicanos en el gobierno provisional de la República en 1931. En consecuencia, dimitió de las dos organizaciones, aunque el PSOE le promovió a la presidencia de las Cortes constituyentes (1931) y la UGT le reeligió presidente en 1932. Ante la progresiva radicalización del sindicato dimitió definitivamente dos años más tarde.


Fue elegido diputado del Frente Popular por Madrid en 1936, pero ya estaba completamente aislado dentro del partido. Desde que estalló la Guerra Civil se esforzó por buscar una solución negociada a través de Inglaterra, postura que le hizo participar en el Consejo de Defensa del general Casado (1939); la intolerancia de Franco hizo fracasar aquel intento y Besteiro, que se había negado durante toda la guerra a abandonar Madrid, fue apresado por los vencedores, juzgado y condenado a la cárcel, donde murió.

ELECCIONES DE 1933

JOSÉ ANTONIO AGUIRRE

File:Jose Antonio Agirre, Aberri Eguna 1933.jpg


José Antonio Aguirre y Lecube (Bilbao, España, 6 de marzo de 1904 - París, Francia, 22 de marzo de 1960) fue un político español, militante del Partido Nacionalista Vasco, primer lehendakari del Gobierno Vasco, así como Consejero de Defensa de aquel primer ejecutivo, labor que asumió durante la Guerra Civil Española. Durante su mandato, el "Gobierno de Euskadi" combatió del lado de la Segunda República Española y se creó el Ejército Vasco (Eusko Gudarostea).

FRANCESC MACIÁ


Político catalán. Se integró en el movimiento Solidaritat Catalana y en 1907 fue elegido diputado nacional, por lo que hubo de renunciar a su carrera militar. En 1922 creó el partido Estat Català, destinado a agrupar el catalanismo radical y de izquierdas. Exiliado durante el período en el que dirigió el Gobierno el general Primo de Rivera, en 1926 intentó entrar en Cataluña al frente de una partida para promover un levantamiento general, pero fue detenido por la gendarmería francesa. Regresó a Cataluña en 1931 e integró su partido en Esquerra Republicana. En 1931 proclamó el Estado Catalán dentro de la República Federal Española. Tras una serie de negociaciones, aceptó transformar el Gobierno de Cataluña en Gobierno de la Generalidad de Cataluña y elaborar un estatuto de autonomía. Elegido presidente de la Generalidad en 1932, se esforzó en reflejar el ideario autonómico de su partido desde su acción de gobierno, que concluiría con la derrota electoral de su partido Noviembre de 1933.

jueves, 24 de abril de 2014

EL FRENTE POPULAR


A finales de 1935 empezó a gestarse una gran coalición de partidos de izquierdas que se preparaba para las elecciones de febrero de 1936 y que poco más tarde se conocería como Frente Popular. El pacto entre republicanos y socialistas pretendía un programa reformista pero desde la derecha se identificó como un pacto revolucionario. El llamado Frente Nacional o de Orden se creó para oponer sus intereses a los de las izquierdas en las elecciones más reñidas que hasta entonces había vivido España.
La larga campaña electoral que tuvo lugar entre el 4 de enero y el 16 de febrero de 1936 se prometía como una de las más duras de la historia de España. La unidad de las izquierdas quedó plasmada en el Frente Popular, la coalición izquierdista formada ante las elecciones de 1936 propuesta por el Partido Comunista. Además los anarquistas, aunque no entraron a formar parte del Frente Popular por negarse ideológicamente a colaborar con un sistema democrático, apoyaron las candidaturas para la liberación de los presos políticos. Oponiéndose a ellos se formó el Frente Nacional o de Orden cuya cabeza más visible era la CEDA de Gil Robles que lanzó una agresiva campaña electoral presentándose como la última y única alternativa de defensa ante una inevitable revolución bolchevique. Su fotografía de jefe miraba retadoramente desde los carteles situados en la Puerta del Sol madrileña. Dentro de esa coalición derechista quedó fuera la Falange porque no hubo entendimiento entre José Antonio Primo de Rivera y Gil Robles. Este hecho, de relativa poca importancia, marcaría el desarrollo posterior de la guerra civil.


Entre estas dos formaciones se contaban los diferentes partidos de centro. Entre ellos estaban el Partido Radical de Lerroux, la Lliga, los progresistas (partidarios de Alcalá Zamora) y el nuevo Partido del Centro de Manuel Portela Valladares, así como el PNV que aún dudaba en unirse más claramente con derechas o izquierdas.

España acudió a las urnas el 16 de febrero. Unos 34.000 guardias civiles y 17.000 guardias de asalto garantizaron el orden. Los resultados, dados a conocer el 20 de febrero, fueron los siguientes:


Electores..................13.553.710
Votantes.....................9.683.335 (71,4%)
Frente Popular............4.654.116 (34,3%)
Frente Nacional..........4.503.505 (33,2%)
Centro y vascos.............525.714 (5,4%)

Es imposible dar cifras de votos por partidos puesto que los electores votaron a alianzas y no a partidos aislados. Pero las principales formaciones se repartieron los escaños de la siguiente manera:

FORMACIONES CENTRO-IZQ.
ESC
FORMACIONES CENTRO-DER.
ESC
PSOE
88
CEDA
101
IZQUIERDA REPUBLICANA
79
PARTIDO DEL CENTRO
21
UNIÓN REPUBLICANA
34
COMUNIÓN TRADICIONALISTA
15
ESQUERRA CATALANA
22
RENOVACIÓN ESPAÑOLA
13
PARTIDO COMUNISTA
14
LLIGA REGIONALISTA
12
ACCIÓ CATALANA
5
PARTIDO AGRARIO
11
ORGA (Nacionalistas gallegos)
3
PARTIDO RADICAL
9
OTROS PARTIDOS CENTRO-IZQ.
18
OTROS PARTIDOS CENTRO-DER.
28

Vistos los resultados el Frente Popular obtuvo una ajustada victoria. El entusiasmo de sus partidarios fue ilimitado. Una gran multitud se dirigió al Ministerio de la Gobernación en Madrid con una única palabra: ¡Amnistía!. Un partido por encima de todos había experimentado un mayor crecimiento tras conocerse los resultados de las elecciones. Era el PCE (Partido Comunista de España). Este partido nació tras una escisión del PSOE en 1920. Al proclamarse la República contaba con alrededor de 3.000 militantes, cifra bastante modesta.

En 1933 obtuvo su primer representante en Cortes y tras las elecciones de febrero de 1936 obtuvo 14 diputados. En Oviedo, una de sus principales dirigentes, diputado por Asturias, Dolores Ubárruri “La Pasionaria” abrió las cárceles donde se alojaban gran parte de los revolucionarios de 1934. Pero los socialistas se negaron a formar parte del nuevo gobierno, simplemente lo apoyaron débilmente, y los políticos republicanos quedaron irremisiblemente atrapados entre el pánico de los conservadores y las nuevas esperanzas de la clase trabajadora. Las huelgas y las invasiones de tierra aumentaron, los conflictos sociales y laborales amenazaban más que nunca el orden constitucional.

Desde la derecha Gil Robles había caído en desgracia, las esperanzas de la España conservadora se centraban ahora en un nuevo y carismático líder,José Calvo Sotelo. Para un numero creciente de partidarios de la derecha, y tal y como había ocurrido antes con la izquierda, el juego parlamentario había resultado un doloroso desengaño. La creciente polarización de la sociedad española se reflejó primero en su juventud. Unos 15.000 militantes de las juventudes de la CEDA abandonaron el partido y se unieron a un movimiento más combativo, la Falange, que como ya hemos visto, había sido fundada por José Antonio Primo de Rivera en 1933.

En 1934, junto a Ramiro Ledesma Ramos y Onésimo Redondo, fundadores de las JONS (Juntas Ofensivas Nacional Sindicalistas) había negociado su fusión con la Falange. El nuevo partido, Falange Española y de las JONS, empezó a existir el 13 de febrero de 1934 adoptando el símbolo del yugo y las flechas. Sin embargo, la Falange fue siempre un partido minoritario hasta el extremo de que al concurrir en solitario a las elecciones de 1936 se quedó fuera del juego parlamentario sin obtener ni un solo escaño. Debido a ello en marzo de 1936, ante la creciente espiral de violencia impulsada por la Falange, José Antonio, privado de inmunidad parlamentaria, fue detenido y las oficinas de Falange clausuradas. Aún así la violencia callejera y los crímenes políticos siguieron en aumento tanto por parte de la izquierda como de la derecha.


El presidente de la República pidió nuevamente a Manuel Azaña que formara gobierno. Pero nada podía ya detener las pasiones políticas. En la ciudad los puños y las pistolas habían reemplazado al debate político, en el campo la violencia se había convertido en el último recurso para escapar de la pobreza. En Extremadura la paciencia de los jornaleros extremeños se había agotado. En un solo día, el 25 de marzo de 1936, unos 60.000 jornaleros ocuparon casi 3.000 fincas. Los terratenientes ya no temían sólo por sus posesiones sino por sus vidas. El descontento popular tenia el signo opuesto en Navarra, el feudo carlista de campesinos profundamente conservadores estaban dispuestos a defender Dios, Patria y Rey hasta la muerte. Los carlistas se habían rebelado contra la anarquía liberal en el siglo XIX, ahora se disponían a enfrentarse a una República que consideraban roja y atea. Para un número creciente de militares el golpe de estado era la única forma posible de restablecer el orden. Advertido de las conspiraciones militares, el gobierno decidió enviar a los generales mas abiertamente derechistas lejos de la Península. El general Franco fue enviado a las islas Canarias, el general Mola fue únicamente trasladado a Pamplona donde se convirtió en el “Director”, el cerebro del complot.


A principios de abril se originó una polémica constitucional sobre la presidencia de la República. La Constitución establecía la posibilidad de deponer a su presidente (Alcalá Zamora) dado que había disuelto las Cortes en dos ocasiones. Dimitido éste, Manuel Azaña fue el único candidato a ocupar su puesto que estaban dispuestos a votar las izquierdas. La jefatura del gobierno pasó a otro republicano, Santiago Casares Quiroga. El 1 de mayo de 1936 se celebraron en España los tradicionales desfiles de la fiesta de los trabajadores. Las manifestaciones sindicales tenían por objeto demostrar a los enemigos de la República el poder de la izquierda. Durante esa jornada, los discursos inflamados del líder socialista Francisco Largo Caballero contribuyeron a la radicalización de las masas.Largo Caballero, apodado “el Lenin español” se había convertido poco a poco en un líder revolucionario. Durante esta manifestación cundió además el rumor infundado de que unas monjas habían dado caramelos envenenados a unos niños. Grupos de manifestantes atacaron y prendieron fuego a un convento. Las autoridades republicanas se mostraron nuevamente impotentes ante la ira anticlerical de algunos sectores de la sociedad.
También en mayo los anarquistas celebraron su congreso anual en Zaragoza. El congreso exigió esfuerzos para acabar con la división interna y para concertar una alianza con la UGT pero a nadie se le ocurrió preparar la actuación ante el creciente peligro de un golpe de estado que sobrevolaba el país. No hubo pues ningún acuerdo sobre el futuro armamento de las milicias o sobre la organización de un ejército revolucionario.

Entretanto el 25 de mayo, el general Mola desde Pamplona dio un plan estratégico detallado sobre la preparación del alzamiento. Lo firmaba con el sobrenombre de “El Director”. Dos días después entró en contacto desde la cárcel Modelo de Madrid con José Antonio, el líder de la Falange, que inicialmente no estuvo completamente de acuerdo con el desarrollo del plan. El 5 de junio,José Antonio fue trasladado a la cárcel de Alicante pero para entonces ya había aceptado la idea de que era inevitable un golpe militar y que la Falange debía participar en él. En consecuencia prometió que 4.000 falangistas prestarían ayuda al golpe. A finales de junio lo único que faltaba para fijar la fecha del alzamiento era el acuerdo con los carlistas. Tantos éstos como los falangistas estaban planteando muchas exigencias al general Mola, que veía indispensable para el triunfo contar con el apoyo civil de estos grupos. Los carlistas estaban obsesionados por los colores de la bandera bajo la cual se sublevarían, los falangistas planteaban problemas de autoridad. El 7 de julio de 1936, como cada año, se celebraron las fiestas de San Fermín en Pamplona, Mola aprovechó la ocasión para dejar completamente zanjada la cuestión. Escribió a Manuel Fal Conde, dirigente carlista, prometiéndole que resolvería la cuestión de la bandera después del levantamiento. Por su parte, José Antonio, que inicialmente había criticado el plan de Mola, se mostraba ahora más dispuesto a apoyarlo. Mola decidió que había llegado el momento. Desde las Canarias el general Francose comunicó con el cerebro de la conspiración a pesar de que aún no estaba seguro de que hubiera llegado el momento propicio para el levantamiento. Pese a todo el plan para trasladar a Franco a Marruecos para ponerse al frente de la rebelión en la zona siguió adelante. El contacto de Mola en Londres había alquilado un avión de transporte “Dragon Rapide” y localizó en el aeropuerto de Croydon a un piloto independiente, el capitán Bebb que se mostró dispuesto a cooperar. Bebb despegó de Croydon el 11 de julio, y un día después hizo escala en Casablanca, en el Marruecos francés.

Esa noche en Madrid, iba a desencadenarse la tragedia. El teniente de la Guardia de Asalto José Castillo salía de su casa para empezar su servicio. Castillo, que el día anterior había reprimido con dureza una manifestaciónmonárquica, ya había recibido amenazas de muerte de la ultraderecha. Fue muerto a tiros por cuatro hombres armados que escaparon. Los camaradas del teniente muerto, indignados, exigieron de las autoridades una lista de sospechosos a los que detener. También pidieron medidas contra la Falange, aunque nunca quedó claro que los asesinos fueran falangistas. Entre los que clamaban venganza estaba un capitán de la Guardia Civil,Fernando Condés, íntimo amigo de Castillo. Alguien sugirió que fueran a la casa del líder de la CEDA José María Gil Robles, pero éste se encontraba ausente de vacaciones por lo que finalmente se decidió ir al domicilio del diputado conservador José Calvo Sotelo. Hacía las tres de la mañana del 13 de julio Calvo Sotelo fue convencido por Condés y otros para que les acompañara a la comisaría, a pesar de que su inmunidad parlamentaria le eximía de ser detenido. El coche arrancó y a unos 200 metros de su casa,Luis Cuenca, un joven socialista que iba sentado a su lado, le disparó dos tiros en la nuca. Calvo Sotelo fue asesinado a pesar de que las autoridades republicanas no habían ordenado su detención. Pero inevitablemente se culpó al gobierno de su muerte, al fin y al cabo, Calvo Sotelo había sido asesinado bajo la custodia de la policía republicana. La clase media española quedó paralizada por este cruel asesinato y ello proporcionó a los golpistas gran apoyo popular en un momento decisivo. El 14 de julio Bebb despegó de Casablanca rumbo a las Canarias. Poco a poco se estaban concretando todos los aspectos del golpe.


Mientras tanto la izquierda se preparaba para el golpe que se avecinaba. Los socialistas seguían divididos pero su movimiento juvenil si parecía más concienciado de la gravedad de la situación y a finales de junio llegó la tan esperada fusión entre los movimientos juveniles socialistas y comunistas que dio lugar a las JSU (Juventudes Socialistas Unificadas) formada en su mayoría por dirigentes socialistas (como Santiago Carrillo) pero cuya línea política era comunista. El gobierno republicano de Casares Quiroga parecía no tomarse totalmente en serio la situación. Diversos políticos de izquierda visitaron al jefe de gobierno rogándole que hiciera todo lo posible para evitar cualquier intentona del ejército, incluso le pidieron que repartiera armas al pueblo, pero Casares, temeroso de perder su última posibilidad de mantener el orden se negaba constantemente limitándose a decir que estaba seguro de que no ocurriría nada. El 17 de julio de 1936 nada podía salvar ya a España de una guerra civil.


CONFEDERACIÓN ESPAÑOLA DE DERECHAS AUTÓNOMAS

El fracaso que supuso el gobierno Azaña hizo posible que tras las elecciones de noviembre de 1933 la República, proclamada por una base social izquierdista, girara a la derecha. Ello se debió básicamente a la disconformidad que el pueblo español mostró con la labor realizada por la República hasta ese momento, promoviendo un amplio abstencionismo electoral de izquierdas. Empezaba de esta manera el periodo llamado "El bienio conservador".

Frente a la nueva convocatoria de elecciones en noviembre de 1933, la derecha se preparaba para la toma del poder. En 1931 sus principales candidaturas habían sido barridas debido fundamentalmente a su falta de unidad en un sistema electoral que primaba las coaliciones. Ahora sus esperanzas se centraban en una nueva coalición, la CEDA (Confederación Española de Derechas Autónomas). La CEDA fue el primer partido católico de masas en España y su líder era José María Gil Robles. La izquierda se lanzó a la campaña en defensa de las realizaciones de su gobierno, pero, como ya en 1931 le había ocurrido a la derecha, esta vez acudían desunidas. No es de extrañar pues el resultado que arrojaron los comicios que traducido en escaños fue el siguiente:

FORMACIONES CENTRO-IZQ.
ESC.
FORMACIONES CENTRO-DER.
ESC
PSOE
58
CEDA
113
ESQUERRA CATALANA
23
PARTIDO RADICAL
80
IZQUIERDA REPUBLICANA
7
PARTIDO AGRARIO
39
PARTIDO RADICAL-SOCIALISTA
3
PARTIDOS MONÁRQUICOS
32
FEDERALES
2
LLIGA REGIONALISTA
24
PARTIDO COMUNISTA
1
FALANGE ESPAÑOLA
2
OTROS PARTIDOS CENTRO-IZQ.
6
OTROS PARTIDOS CENTRO-DER.
96

La CEDA se convirtió en el principal partido de las Cortes y Gil Robles en el ídolo de la España conservadora. Entre los diputados elegidos se podía apreciar tanto a derecha como a izquierda representantes del extremismo político.José Antonio Primo de Rivera (hijo del dictador) y Francisco Moreno Herrera obtuvieron acta por Falange Española, partido fundado por José Antonio hacía pocos meses. Del otro ladoCayetano Bolívar fue el primer representante del PCE (Partido Comunista de España) en las Cortes. La aparición en dicha cámara de dos representantes falangistas y un comunista fue la primera advertencia de que la sociedad española estaba entrando en una espiral de radicalización. La República dio un giro a la derecha, el proceso de reformas quedó paralizado. La izquierda estaba alarmada, convencida que detrás de Gil Robles se escondía la amenaza del fascismo. En 1934 el fascismo se extendía por Europa, las dictaduras reemplazaban a las democracias parlamentarias. Los socialistas españoles temían que lo mismo ocurriera en España si la CEDA ocupaba el poder. Para calmarles se formó un gobierno de centro dirigido por el jefe del Partido Radical, Alejandro Lerroux. Gil Robles y la CEDA lo apoyaban pero no entraron a formar parte del mismo, a pesar de que era el partido más votado. Esperaba la ocasión más propicia para hacerse con el poder. Mientras tanto, la sustitución de las escuelas religiosas por las laicas se pospuso, la Reforma Agraria se abandonó en gran medida, y se produjo una amplia amnistía política hacia los conspiradores de 1932.


La situación fue tornándose cada vez más confusa. Ante las vacilaciones del presidente de la República en promulgar la ley que perdonaba a Sanjurjo y los conspiradores de 1932, Lerroux dimitió en mayo de 1934 siendo sustituido por otro radical, Ricardo Samper, que contaba con muchos menos apoyos en las Cortes. Ante la debilidad del gobierno, el 4 de octubre Gil Robles retiró el apoyo de la CEDA a Samper que dimitió. Alcalá Zamorano hizo otra cosa que volver a encomendar su formación a Lerroux, pero ahora Gil Robles exigió que tres de sus partidarios de la CEDA entraran como ministros. Este hecho fue suficiente para que los socialistas, que seguían creyendo que Gil Robles era “otro Mussolini”, se levantaran contra el poder constitucional.

En Madrid la UGT declaró la huelga general, en Barcelona, el presidente de la Generalitat Lluís Companys, juzgando erróneamente la situación, proclamó el “Estado Catalán”. Pero la rebelión fue aplastada con la misma rapidez con la que había empezado. El movimiento revolucionario fracasó en todo el país con una excepción: Asturias. Las guarniciones en Asturias se vieron impotentes para frenar una ofensiva revolucionaria que produjo violentos combates. Todas las ciudades y pueblos de la cuenca minera quedaron sometidos a un comité revolucionario, que al mismo tiempo que reorganizaba la zona tenía que ocuparse de la lucha. El gobierno, decidido a acabar con la rebelión tuvo que llamar a la Península a las tropas coloniales, los moros y la Legión. Los generalesManuel Goded y Francisco Franco coordinaron la ofensiva desde Madrid. La Legión y los moros consiguieron un éxito casi inmediato. Apoyados por la aviación liberaron Oviedo, Gijón cayó el 10 de octubre y en 15 días la rebelión se podía dar por sofocada. El líder socialista de la revolución Ramón González Peña renunció a seguir dirigiéndola,Belarmino Tomás, líder de los mineros, aceptó la derrota pero no renunció a comentar que el haber quedado la revolución reducida sólo al foco de Asturias había sido la clave del fracaso.

Casi 2.000 personas murieron en la revolución asturiana, algunas ejecutadas sin previo juicio, miles de republicanos y socialistas en toda España fueron encarcelados. La rebelión había fracasado principalmente por su falta de cohesión, pero la izquierda había aprendido una valiosa lección. Durante los dos años siguientes el deseo de amnistía para sus compañeros encarcelados contribuyó a forjar la alianza de la izquierda.


Pero antes el gobierno debía quedar desprestigiado. El castigo a los rebeldes de 1934 suscitó las primeras divisiones en el seno del gobierno de centro-derecha. Gil Robles y la CEDA eran partidarios de la aplicación de varias penas de muerte. Alcalá Zamora les recordó las medidas de gracia impuestas a los conspiradores de 1932 y no las ejecutó por lo que los ministros de la CEDA retiraron el apoyo al gobierno radical de Lerroux aunque en marzo de 1935 se vió obligado a incluir cinco nuevos ministros de dicha formación y con Gil Robles al frente del Ministerio de la Guerra. Pero en octubre de 1935 el gabinete se hundió debido al escándalo del “estraperlo” en el que Lerrouxquedó bastante mal parado. El Partido Radical se desmoronó y el 4 de enero de 1936 el presidente de la República tuvo que disolver por segunda vez las Cortes. Las nuevas elecciones quedaron fijadas para el 16 de febrero.

JOSE MARÍA GIL ROBLES


José María Gil Robles y Quiñones nacido 1898, Salamanca y fallecido en 1980,Madrid. Fue un político español.

Tras licenciarse en derecho por la Universidad de Salamanca (1919), se integró en la redacción del periódico madrileño El Debate, órgano de la opinión católica y conservadora más militante (1922). Se inició en la política bajo la dictadura de Miguel Primo de Rivera (1923-30), colaborando con el ministro Calvo Sotelo en la redacción del Estatuto Municipal.
Tras la caída de la Dictadura y la proclamación de la Segunda República (1931), consiguió un acta de diputado en las Cortes constituyentes. En aquel mismo año alcanzó el liderazgo del partido Acción Popular, desde el cual participó en la oposición a las reformas del gobierno de Manuel Azaña.
En 1933 consiguió formar alrededor de su partido una gran coalición conservadora, la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA), que resultó el partido más votado en las elecciones de aquel año. Erigido en árbitro de la situación política, en 1934 consiguió tres carteras ministeriales para la CEDA en el gobierno de coalición de las derechas, lo cual provocó el estallido de la Revolución de Octubre, pues la izquierda veía en Gil Robles el representante español de la oleada de dictadores reaccionarios que se estaba adueñando de Europa 
Reprimida la revolución de 1934 por el Ejército, al año siguiente la CEDA obtuvo cinco carteras en el Gobierno, con Gil Robles como ministro de la Guerra; desde ese puesto se dispuso a desmontar la obra reformadora del primer bienio republicano, pero un escándalo político (el caso del estraperlo) lo impidió, al romper la coalición en aquel mismo año.
Al no ser llamado a formar gobierno por el presidente Niceto Alcalá Zamora, como él esperaba, Gil Robles se inclinó ya decididamente por la opción de un golpe militar para tomar el poder, aunque el golpe no fraguó entonces porque lo consideraron prematuro los militares con los que Gil Robles estaba en contacto (como Mola o Franco). En las elecciones celebradas en 1936 se dio un retroceso importante de la CEDA, paralelo al triunfo de las fuerzas de izquierdas agrupadas en el Frente Popular.
Al producirse finalmente el golpe militar en el verano de aquel año, Gil Robles prefirió salir de España y desarrolló una campaña de apoyo a los sublevados desde Portugal. Tras el triunfo en la Guerra Civil (1936-39) del bando de Francisco Franco, que no le reservó papel político alguno, Gil Robles se integró en el consejo del pretendiente monárquico don Juan de Borbón y Battenberg.
En 1953 regresó a España e intentó formar un movimiento demócrata-cristiano (1953); expulsado de nuevo en 1962, no pudo volver a la política activa hasta la muerte del dictador, en 1975. Participó entonces en la formación de la Federación Demócrata Cristiana, con la que se presentó a las elecciones de 1977, en las que fracasaron tanto él como su opción política.

   

ALEJANDRO LERROUX


Natural del pueblo cordobés de La Rambla, nació en el seno de una familia de clase media baja. Desde muy joven militó en partidos de carácter republicano, a la vez que ejerció su carrera periodística en diversos medios de comunicación escritos. Se trasladó a Barcelona donde su brillante oratoria le permitió destacar como líder republicano y obtener un escaño en 1901. 

Sus discursos anticlericales y populistas hicieron que se ganara a buena parte del proletario Barcelonés e incluso llego a ser llamado "el Emperador del Parlamento". En 1908 funda el partido republicano radical (PRR), mientras que sus actividades y acontecimientos como la semana trágica, le condujeron al exilio. Esto no terminó con su carrera política, volviendo a ser elegido diputado en 1910. 

Sin embargo, durante los años siguientes diversos escándalos de corrupción estuvieron apunto de acabar con el partido republicano radical y con su carrera. Trasladado a Madrid, siguió con sus actividades políticas.  

Tras la instauración de la dictadura de Primo de Rivera, realizó una labor de oposición a la misma, aunque desde posiciones cada vez mas moderadas y proclives a la pequeña burguesía. Con la firma del Pacto de San Sebastián su estrella política fue cada vez más ascendente y pasó a forma parte del Gobierno provisional de la República. Durante el primer bienio republicano, dirigió la oposición y después del éxito del PRR en las elecciones de 1933, encabezó varios ejecutivos.

No obstante, los escándalos de corrupción sofocaron definitivamente su carrera y tras el estallido de la Guerra Civil, partió al exilio, de donde regreso en 1947 falleciendo poco después.

FRANCISCO LARGO CABALLERO


(Madrid, 1869 - París, 1946) Político y dirigente socialista español. En 1890 se afilió a la UGT y en 1894 al PSOE. En 1905 fue elegido concejal en Madrid. Miembro de la Comisión Ejecutiva de la UGT, fue detenido en 1909 acusado de preparar la huelga contra la guerra de Marruecos. Durante la huelga revolucionaria de 1917, estuvo en el comité de huelga, por lo que fue condenado a prisión, pero quedó libre al ser elegido diputado (1918). Ese mismo año se convirtió en secretario general de la UGT. En 1920 se opuso a la adhesión del partido a la III Internacional. Vicepresidente del PSOE en 1928, tras proclamarse la República fue ministro de Trabajo, cargo que volvió a ocupar en el Gobierno de Azaña (1931-1933). Con la victoria de la derecha en las elecciones, dejó las posturas moderadas y propugnó un frente unido de los trabajadores. Detenido a raíz del movimiento de octubre de 1934, en 1936 fue elegido diputado por el Frente Popular. Durante la guerra civil fue presidente del Consejo de Ministros (1936-1937). Detenido en Francia por los nazis, murió al poco tiempo de su liberación.

A los nueve años se inició en el oficio de estucador, ámbito laboral en el que desarrollaría su actividad como sindicalista. En 1890 ingresó en la Unión General de Trabajadores (UGT), fundada en 1888, y en otoño de aquel mismo año participó en la organización de una huelga de escayolistas para reivindicar la jornada laboral de ocho horas, lo que supuso el principio de su trayectoria ascendente en la UGT. En 1894 ingresó en el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), comenzando así su carrera política. Desde 1904 fue uno de los seis vocales integrantes de la Junta Directiva del Instituto de Reformas Sociales que designaban los trabajadores; al año siguiente ocupó su primer cargo político al salir elegido concejal del Ayuntamiento de Madrid por el PSOE, cargo que siguió ocupando tras los comicios municipales de 1909 y 1913.

En calidad de vicepresidente del Comité Nacional de la UGT, fue uno de los cuatro firmantes del manifiesto conjunto del PSOE y la UGT del 12 de agosto de 1917 para convocar una huelga general revolucionaria, que empezó al día siguiente y desencadenó la tercera fase de la crisis de 1917; como consecuencia de ello, fue detenido el 29 de septiembre de ese mismo año con los otros tres integrantes del comité de huelga y firmantes del manifiesto: Daniel Anguiano, como vicesecretario de la UGT, y Julián Besteiro y Andrés Saborit, como vicepresidente y vicesecretario, respectivamente, del PSOE. Los cuatro fueron juzgados, condenados a cadena perpetua y trasladados al penal de Cartagena (Murcia).

En las elecciones legislativas de 1918 fue elegido diputado a Cortes (al igual que sus compañeros de presidio), por lo que fue excarcelado en mayo de 1918; en el XIII Congreso de la UGT, celebrado en julio de aquel mismo año, salió elegido secretario general, cargo que habría de ocupar durante una veintena de años. Como secretario general de UGT, asistió en 1919 al congreso de la II Internacional en Berna y al I Congreso de la Federación Sindical Internacional (FSI), que tuvo lugar en Ámsterdam. A su regreso, y contra los criterios de otros dirigentes socialistas, Largo Caballero se opuso a la integración del PSOE en la III Internacional, razón por la cual no formó parte de la ejecutiva del PSOE salida del congreso extraordinario de 1920, en el que eran mayoritarios los partidarios de la adhesión a la misma.
Durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera (1923-1929), Largo Caballero apoyó (frente a la postura contraria de otros dirigentes socialistas como Indalecio Prieto o Fernando de los Ríos) la aceptación de cargos públicos por parte de los militantes del partido y del sindicato, hasta el punto de que él mismo formó parte, a partir de 1924, del Consejo de Estado. La pretensión de Primo de Rivera de perpetuar un régimen que había nacido con vocación de provisionalidad llevó a Largo Caballero a distanciarse de la postura del dictador y, finalmente, apoyó la tesis defendida por Indalecio Prieto de integrar al PSOE en el pacto de San Sebastián (1930), cuyo objetivo último era derrocar al rey Alfonso XIII y preparar el advenimiento de la república.


Tras las elecciones municipales de 1931, y ante la victoria de los republicanos en las principales capitales de provincia y la proclamación de la Segunda República, Alfonso XIII abandonó España. Los firmantes del pacto de San Sebastián constituyeron un gobierno provisional, presidido por Niceto Alcalá Zamora, en el que Francisco Largo Caballero se hizo cargo de la cartera de Trabajo. Tras la aprobación de la Constitución de 1931, se mantuvo al frente del mismo ministerio en el primer gabinete presidido por Manuel Azaña (1931-1933). En 1932 fue elegido presidente del PSOE, cargo en el que permanecería hasta su dimisión en 1935.

INDALECIO PRIETO


Político socialista español (Oviedo, 1883 - México, 1962). Vivió desde su infancia en Bilbao, donde trabajó como periodista en el diario El Liberal,entrando en contacto con los círculos republicanos (en 1932 llegaría a convertirse en propietario del periódico). Sus preferencias políticas le orientaron hacia el socialismo, integrándose desde joven en las filas del PSOE. Se erigió en líder de la corriente reformista del partido que defendía la alianza con los republicanos y la vía socialdemócrata que representaba la permanencia en la Segunda Internacional (frente a la escisión comunista). En 1918 fue elegido diputado por Bilbao, y en 1921, miembro de la Comisión Ejecutiva del PSOE.

Rechazó la dictadura Primo de Rivera (1923-30), en contra de la opinión colaboracionista de Besteiro y Largo Caballero, que fue la que se impuso en el partido y en el sindicato socialista UGT. En consecuencia, permaneció retirado hasta que cayó la dictadura, y participó a título personal en el Pacto de San Sebastián (1930), encaminado a derrocar a la Monarquía.

Exiliado en Francia, regresó al proclamarse la Segunda República (1931) y participó en representación del PSOE en el primer gobierno provisional republicano como ministro de Hacienda. Más tarde desempeñó el recién creado Ministerio de Obras Públicas en el gobierno presidido por Azaña (1931-33); pero no consiguió el apoyo de su partido para ocuparse de presidir él mismo un gobierno, como le había encargado el presidente de la República, Alcalá Zamora, en 1933.

Bajo el posterior gobierno de la derecha, Prieto colaboró en la preparación de la fallida Revolución de 1934, a pesar de su oposición a la corriente revolucionaria mayoritaria en el socialismo español, que encarnaba Largo Caballero. Hubo de exiliarse de nuevo en Francia, desde donde impulsó la formación de una nueva coalición con los republicanos para desbancar a la derecha en las elecciones; así se formó el Frente Popular, que consiguió la victoria en 1936.

La oposición de los largocaballeristas le impidió integrarse en el nuevo gobierno Azaña o formar gobierno cuando éste pasó a la presidencia de la República; y cuando el estallido de la Guerra Civil (1936-39) y el peligro inminente de que la República fuera derrotada llevaron a los socialistas a aceptar responsabilidades de gobierno, fue bajo la presidencia de Largo Caballero, ocupándose Prieto de un efímero Ministerio de Marina y Aire (1936-37). Prieto contribuyó a hacer caer del gobierno a su correligionario y aceptó ser ministro de Defensa en el siguiente gobierno, presidido por el también socialista Negrín (1937-38). Pero su pesimismo ante la marcha de la guerra le enfrentó con los comunistas y con Negrín, que acabó destituyéndole.


Prieto se apartó del gobierno y marchó a Hispanoamérica, donde le sorprendió el fin de la guerra. Desde su exilio mexicano reorganizó el PSOE, apartando a los partidarios de Negrín, y definiendo una estrategia de recuperación del poder que pasaba por la unidad de acción con los monárquicos de don Juan y la presión internacional sobre el régimen de Franco. Fracasada aquella estrategia, en 1950 dimitió Prieto, dejando la dirección del PSOE en manos de Rodolfo Llopis

MANUEL AZAÑA


Manuel Azaña Díaz. (Alcalá de Henares, 10 de enero de 1880 – Montauban, Francia, 3 de septiembre de 1940). Escritor y político español.

Estudia en el Colegio Complutense, en el Instituto Cisneros y en los Agustinos de El Escorial; licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza en 1897, se doctora en 1900. En 1909 ingresa como funcionario en la Dirección General de los Registros y del Notariado. Dos años después viaja a París con una beca de la Junta de Ampliación de Estudios, experiencia que queda reflejada en su primer libro, Estudios de política francesa contemporánea, la política militar (1919). Es secretario del Ateneo de Madrid entre 1913 y 1920 y presidente de esta institución en 1930.

Desde el punto de vista político, milita desde 1913 hasta 1923 en el Partido Reformista de Melquíades Álvarez, pero hasta 1925 no hace explícita su vocación republicana al crear la formación Acción Republicana, que agrupa al republicanismo ilustrado y burgués. Como representante de este partido, y tras caer la dictadura de Primo de Rivera en 1930, forma parte del Comité Revolucionario que contribuye a la instauración de la República el 14 de abril de 1931, en cuyo gobierno provisional ocupa la cartera de Guerra, primero, y la Presidencia, después. Las elecciones a Cortes Constituyentes en junio de 1931 le confirmaron como Jefe del Ejecutivo, puesto del que dimitiría en septiembre de 1933.

En abril de 1934, ya en la oposición, consigue la unidad de los partidos republicanos dando lugar a Izquierda Republicana, organización política de la que es elegido presidente. En octubre del mismo año es detenido bajo la falsa acusación de estar implicado en los sucesos revolucionarios de Asturias y Cataluña. Tras su liberación en enero de 1935, inicia una campaña política que da lugar a la creación del Frente Popular, coalición que obtiene la victoria en las elecciones de febrero de 1936. En mayo de aquel año es elegido Presidente de la República, cargo que ocupa durante todo el desarrollo de la Guerra Civil española. Dimite de ese cargo en febrero de 1939, se exilia a Francia y fallece en Montauban en 1940.

Relevante escritor y periodista, colabora en los diarios El Imparcial y El Sol y dirige las revistas La Pluma y España entre 1920 y 1924. Recibe el Premio Nacional de Literatura en 1926 por su obra Vida de Juan Valera. Autor de novelas como El jardín de los frailes (1927) y la inacabada Fresdeval, también realiza incursiones en el teatro con obras como La Corona (1930).


Es también un relevante traductor y un gran ensayista, recogiéndose su producción en este campo en los volúmenes Plumas y palabras (1930) y La invención del Quijote y otros ensayos (1934). Su obra La velada en Benicarló, compuesta por una serie de diálogos sobre la guerra de España, puede considerarse como la más importante reflexión acerca de la década de los años treinta en nuestro país. De igual modo dejó escritas unas memorias que constituyen un destacado reflejo de la Segunda República Española.

NICETO ALCALÁ ZAMORA


Nació el 6 de julio de 1877 en Priego, en el seno de una acomodada familia cordobesa de propietarios agrícolas.

Con 17 años ya era licenciado en Derecho y a los 22, Letrado del Consejo de Estado.

Vinculado a la política desde muy joven, fue elegido en el año 1905 diputado liberal. En 1917 al fraccionarse el Partido Liberal, se unió al grupo de García Prieto, con quien sería Ministro de Fomento y de la Guerra en 1922.

El 14 de abril de 1931, siendo presidente del comité que agrupaba todas las facciones republicanas, exigió el traspaso de poderes, convirtiéndose en el primer presidente del gobierno provisional de la Segunda República. Dimitió unos meses más tarde al no estar de acuerdo con los criterios laicos introducidos en la constitución por la mayoría parlamentaria. Dos meses después fue nombrado presidente de la República.

Fue destituido en febrero de 1936, al triunfar en las elecciones el Frente Popular. Emigró a Francia antes del inicio de la Guerra Civil, huyendo a Argentina al ser ocupada ésta por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial.

Entre sus escritos destacan: La potestad jurídica, La unidad del Estado en sus legislaciones civiles, La condena en costas y Cuatrocientos cuarenta y un días, que narra sus peripecias hasta llegar a Buenos Aires.


Niceto Alcalá Zamora falleció el 18 de febrero de 1949 en Buenos Aires.